El Nuevo Rol del Docente en la Era de la Sociedad Digital: Ser Moderador

¿Cuál es el rol que desempeñan los docentes en los nuevos escenarios y ambientes de aprendizajes mediados por TIC?

Si se quiere, podría afirmarse que con las TIC hay un antes y un después en la historia del rol del docente, dada las nuevas dinámicas y retos que las circunstancias actuales suponen para este oficio. Como sabemos, las TIC operan una profunda ruptura en la forma como se desarrollaban las prácticas de enseñanza y aprendizaje tradicionales, especialmente por las nuevas, variadas y dinámicas formas en que el sujeto que aprende participa del proceso de aprendizaje, ahora mucho más activo, participativo e interactivo; además, por las nuevas formas mediáticas, comunicativas y didácticas con que los docentes gestionan los procesos de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, lo que aún permanece (y hay elementos de juicio suficientes para considerar que seguirá siendo así) es el papel fundamental del docente en los procesos de enseñanza y aprendizaje, dado que es el sujeto que enseña quien, por naturaleza, piensa, planifica, ejecuta, evalúa y resignifica los procesos educativos en virtud de su vocación.

Los docentes, ¿Son moderadores? ¿Facilitadores? ¿Expositores?

Este nuevo rol del docente es, sin duda, igual de protagónico que el que acontecía en la escuela tradicional, pero ha pasado de ser el maestro expositor o poseedor del conocimiento, quien establecía una relación casi que unidireccional con los sujetos que aprenden, para convertirse en coprotagonista del proceso, pues, éste ahora no sólo facilita los procesos de enseñanza y aprendizaje, sino que modera el proceso participativo del sujeto que aprende, estimulando el autoaprendizaje, la interactividad, la cooperación en la asimilación y construcción de nuevos conocimientos. Esto es, la docencia mediada por TIC ya no dicta, provoca; no dirige, modera; no es dueño del conocimiento, lo gestiona; no reprime, inspira.

¿Cómo comprender cada uno de esos términos?

En primer lugar, entender la docencia desde la perspectiva del “moderador”, es asumir que quien desempeña el rol docente ha desarrollado la capacidad de quitarse del centro, para permitir que los estudiantes tengan una mayor responsabilidad y participación en el proceso de aprendizaje, por tanto, el docente-moderador suscita un mejor escenario educativo, ambientado para que los sujetos que aprenden se apropien más de su propio rol. Por otra parte, tenemos la idea del docente “facilitador”, pudiera pensarse que no es el protagonista, por cuanto da cabida a una mayor participación de los estudiantes, pero deja el margen para entender que su presencia es requerida siempre para facilitar/desarrollar el proceso de aprender, o lo que es lo mismo, sin el docente-facilitador no habría proceso. Finalmente, considerar el rol docente en términos de “expositor”, es asumir que éste es quien posee el conocimiento, por tanto, elimina o reduce tanto la participación como las posibilidades para que los estudiantes lideren su propio proceso de aprendizaje. Me quedo con el primero.

¿La docencia universitaria desarrolla, estimula o inhibe la participación en ambientes de aprendizaje virtuales?

Afortunadamente la docencia universitaria, por naturaleza, tiende hacia la indagación y la investigación, esto se constituye en un gran estímulo para apelar a la diversidad de fuentes que podemos encontrar en los medios digitales. Además, el hecho de que los docentes, tanto en modalidad virtual como presencial, siempre estén utilizando recursos tecnológicos, ello suscita el interés por el uso de las TIC, no sólo para enseñar y aprender, sino para participar y crear, con otros, nuevos conocimientos, cooperar en la resolución y atención de problemas y necesidades sociales actuales, y abrir la puerta a nuevas alternativas de mediación, comunicación y educación, soportadas en las nuevas tecnologías.

¿Qué pasa con la autonomía?

Un ejemplo perfecto de que la moderación del proceso educativo en ambientes virtuales de aprendizaje permite, estimula e incentiva la autonomía es, justamente, la posibilidad de crear nuevos conocimientos, apelando no sólo a los conocimientos adquiridos en el material de estudio, sino en dejar rienda suelta a la perspectiva personal que, dicho sea de paso, da vía libre para que se opere la autonomía, la creatividad, la investigación y, especialmente, la posibilidad de ser creador y co-creador de nuevos contenidos.

¿Qué recurso o medio digital puede ser útil para incentivar el uso de la tecnología en el ámbito educativo?

Verbigracia: el blog como recurso para la enseñanza y el aprendizaje, donde se tiene la posibilidad de expresarse libremente y permitirle a otros acceder a nuestra visión de mundo, que interactúen con nosotros y provocar amplias redes de intercambio de conocimiento, incluyendo los de carácter divergente. Un aspecto maravilloso de esta práctica es que en ella confluye gran variedad de posibilidades, a saber: audio, video, podcast, artículos, plataformas digitales, aplicaciones de aprendizaje, creación, cooperación, etc.

¿De qué manera incide la evaluación en la labor docente en tanto moderación?

Un elemento muy significativo de la experiencia de aprendizaje con relación a los docentes que renuncian o descartan el papel de expositor o de único facilitador del proceso de aprendizaje es que, dado el rol docente-moderador, la evaluación deja de ser un acto meramente administrativo e inquisitivo, para constituirse en un factor verdaderamente formativo.

Evidentemente la evaluación tiene una influencia en el rol de la docencia en términos de la “moderación”, pues, apostarle a la evaluación formativa, al tiempo que estimula el aprendizaje, le devuelve su carácter natural: ser parte fundamental del proceso de enseñanza y aprendizaje, enriqueciéndolo con la retroalimentación y la interacción, propia de la evaluación formativa.

¿Cuál es el nuevo rol del docente y qué implicación tiene?

De varias maneras hemos señalado que el nuevo rol del docente, el que se asume desde la perspectiva del moderador, consiste en apartarse del centro, esto es, renunciar a ser “el protagonista” sin dejar de ser pieza fundamental del proceso, para incentivar la participación de los estudiantes, el auténtico protagonista del proceso de aprendizaje. En definitiva, el nuevo rol del docente en la era de la sociedad digital implica quitarse del centro, esto es, reconocer que “el centro de la actividad formativa corresponde al estudiante” (Ávila, M., Celis, B., Trejo, M., 2008), suscitando una participación mucho más activa, consciente y creativa de parte de los estudiantes.

Referencia: Ávila, M., Celis, B., Trejo, M. (2008). Tutor en Línea y su impacto en la interacción con los estudiantes del Programa digital.ipn.mx

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