La Participación desde la Perspectiva de la Docencia Ambientada en TIC

“Debe ser tarea central del proceso de enseñanza-aprendizaje lograr que los alumnos tomen conciencia de la necesidad de convertirse en agentes de sus propios aprendizajes, además de comprender que el rol del profesor es el de ser un facilitador y no un “director” en dicho proceso”. (Narváez & Prada 2005, p. 144).

De la investigación sobre Aprendizaje autodirigido y desempeño académico de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas surge este juicio, el cual describe sin más cuál debe ser el marco de la participación de los estudiantes en el proceso de aprendizaje, lo que deriva de asumir la docencia como un rol, “facilitador”. Esto es, la docencia en términos de moderación, da lugar a una participación más activa para todos los sujetos involucrados en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Esta participación debe estar orientada a que los estudiantes asuman el rol protagónico que por naturaleza les pertenece dentro de su proceso de aprendizaje, de manera que se dinamice y enriquezca la experiencia, para efectos de lograr un aprendizaje significativo, colaborativo y creativo, en el que recogiendo sus saberes previos, son capaces de apropiarse de nuevos conocimientos y crear con otros.

Este ideal constructivista de la educación, como vemos, dinamiza el proceso educativo y estimula las habilidades para aprender a aprender de manera autónoma, cuyo es el éxito de modelos educativos como el alemán, y que gana terreno en la educación basada en ambientes virtuales. Así las cosas, esta democratización del conocimiento, en la que la participación es más versátil e ilimitada, abre las puertas para que cada vez más los sujetos aprendan por sí mismos en asocio con otros, dada la posibilidad y ventaja que supone la interacción con otros individuos, incluso, de contextos socioculturales distintos.

En este sentido, lo que por décadas la educación tradicional incentivó como un modelo individualista al premiar al mejor estudiante destacado, y no a la capacidad de trabajo en equipo, con la educación que responde y acoge la era digital, esta brecha se cierra y se propicia la colaboración tanto para aprender, como para generar nuevos conocimientos y contenidos. De hecho, “los antiguos consumidores son ahora productores” (Shirky, 2009). Esto es, la era digital genera un multiverso de posibilidades para que los sujetos participen en red, se retroalimenten, creen en comunidad, produzcan un mayor impacto social y haya una mayor apropiación y respuesta frente a los problemas y necesidades de la sociedad.

Son innegables las ventajas de la docencia ambientada en TIC, especialmente por las nuevas y variadas formas de participación que propicia y garantiza. Sin embargo, quedan algunos baches en el camino de la educación en ambientes virtuales que urgen por ser allanados, verbigracia el riesgo de la impersonalización en el acompañamiento del proceso de aprendizaje de los estudiantes, que poco o nada aporta a la promoción de la dignidad humana o al rescate y reivindicación de las cualidades y potencialidades de los sujetos que aprenden; además, de la marginación de la población en condición de pobreza que ve minimizado o anulado su acceso a los medios y mediaciones digitales y de interconectividad.

En el primer aspecto, la solución se da al asumir la docencia desde la perspectiva de la moderación con un gran compromiso ético y humanista; y, en el segundo aspecto, se requiere un esfuerzo contundente de parte del Estado y del compromiso y responsabilidad social del sector privado. De esta manera, se puede auspiciar de forma significativa el ejercicio de la docencia basada y enriquecida por los ambientes de aprendizaje propios de la era digital; se garantiza la equidad e inclusión en la participación de los sujetos involucrados en los procesos de enseñanza y aprendizaje; y se capitalizan los réditos de la fórmula Tecnología-Comunicación-Educación, con todas las ventajas que conlleva para el avance de la ciencia, el desarrollo y progreso de la sociedad y la reducción/eliminación de las brechas sociales.

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Referencias

Shirky C. (2009). Cómo los medios sociales pueden hacer historia. https://www.youtube.com/watch?v=c_iN_QubRs0&feature=emb_logo

Narváez Rivero, M.; Prada Mendoza, A. (2005). Aprendizaje autodirigido y desempeño académico. Tiempo de Educa (vol. 6, núm. 11, pp. 115-146). Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México.

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