Tus labios,
¿Qué es lo que lo que ven mis ojos?
¿Son sólo labios?
Si es así, entonces, ¿por qué siento que nado?
No es el mar, son tus labios.
Pero… ¿Por qué me estremezco?
No es un sismo. Son tus labios.
¡Oh, sí…! ¡Qué bien me siento!
No es una droga, ¿o sí? Son tus labios.
¡Ah! ¿Qué pasó? La vista me ha engañado.
No. No es un espejismo. Eran tus labios.
Bien. Pero mal. Estoy poseído.
No es un hechizo. Son tus labios.
Lo admito, al parecer, la cabeza he perdido.
Pero no es una espada. Son tus labios.
Ya sé, ya sé, ya sé. La pasión me ha devorado.
Para algunos: pecado. Para mí: tus labios.
No lo puedo creer, ¿Por qué estoy escribiendo?
No es una tarea, no es una clase. Son tus labios.
¡Oh, por Dios! Me siento condenado,
A tus labios.
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